Una noche estrellada

Alejarse de las ciudades puede regalarnos imágenes realmente sorprendentes. El año pasado desde la terraza de nuestro hotel disfrutamos con un grupo de huéspedes la lluvia de estrellas perseidas, la mayoría nunca había disfrutado de este espectáculo que en las ciudades no es observable debido a la alta intensidad de la contaminación lumínica, cada luz que cruzaba el cielo contrateño era acompañado por exclamaciones de admiración frente al espectáculo que la naturaleza nos regalaba esa noche.

En las noches en que el firmamento se encuentra despejado, apagar las luces de la terraza, acostarse en uno de los puff y mirar hacia arriba, puede regalarte una vista sencillamente espectacular, millones de estrellas, algunos planetas y si tienen suerte una estrella fugaz solitaria que te invita a pedir un deseo. Estos momentos llenan de paz el espíritu, pueden ser el mejor escenario para una noche romántica, o sencillamente sirven para reflexionar sobre lo pequeños que resultamos ante la inmensidad del universo.

Si se cuenta con una buena cámara y se dispone de la paciencia y el tiempo necesario, en una de están noches despejadas, preferiblemente sin luna, el plan para los turistas puede consistir en dirigirse hacia “el mirador de la bella estrella”, saliendo por el suroccidente contrateño por la vía que conduce hacia el municipio de El Guacamayo. Desde allí se pueden lograr bellas tomas fotográficas que incluyan al pueblo iluminado, el cerro de la virgen y un fondo con infinidad de estrellas.

La tranquilidad en el lugar es absoluta, el aire puro y fresco, a la distancia se alcanzan a distinguir las luces de otros municipios santandereanos. Si no se cuenta con una cámara capaz de hacer las tomas, tal vez el llamado sea sencillamente a disfrutar el momento y registrar cada imagen con esa cámara sin límite de memoria, nuestros ojos.

Un canelazo, un vino o sencillamente una aguapanela caliente, puede ser un excelente acompañante para una noche cuentos e historias bajo las estrellas, historias de esas que abundan en los pueblos como el nuestro.