Contratación Santander, un destino muy atractivo.

Durante el último año he tenido la oportunidad de recibir turistas de diferentes partes del país y del mundo que han llegado a conocer nuestro pueblo. Uno de ellos estaba especialmente interesado en conocer más sobre la historia de Contratación, había leído mucho sobre los años del lazareto y quería comprobar en el lugar de los hechos lo que algunos libros le habían contado. Pasó todo el tiempo recorriendo las calles del pueblo, haciendo preguntas para enriquecer sus conocimientos históricos. Se fue feliz con un par de libros bajo el brazo, uno prestado y el otro comprado (La croniquilla de Contratación y La piedra de los aburridos). Quedó de regresar nuevamente con su familia para poder disfrutar de las riquezas naturales que tiene nuestra tierra.

Otro de los turistas, que llegó desde Medellín con su familia y que no tenía ni la menor idea de dónde quedaba este pueblito santandereano y mucho menos sobre su historia, se fue absolutamente fascinado por la riqueza hídrica que brota de nuestras montañas. Como su plan era ir visitando cada pueblo de nuestro departamento, solo estuvo un día para disfrutar en la villa apacible, fuimos hasta la cureña, subimos a pozo Milo haciendo uso de los elementos de seguridad requeridos para no tener inconvenientes en el recorrido. Se lanzó por el tobogán natural de ese pozo, una y otra vez; no quería irse ni cuando el sol ya no caía sobre el pozo y el frio se hacía más intenso. Al despedirse, su rostro reflejaba una expresión de felicidad por lo disfrutado en su paseo por los paisajes contrateños.

Con otro grupo de visitantes tuvimos más tiempo para disfrutar, primero fuimos a La Sanjuanera, disfrutaron de las aguas cristalinas que esta quebrada ofrece, luego de una caminata de 45 minutos, pudimos disfrutar de dos pozos, una cascada y canoas de piedra. De camino pudieron comer mortiños, arrayanas y frambuesas, la mayoría de ellos nunca habían probado esos frutos y la experiencia les resultó sencillamente exótica. Al día siguiente la ruta fue hasta pozo Milo en la cureña, dos de los integrantes del grupo no sabían nadar, pero gracias al equipo de seguridad que incluía chalecos salvavidas y al soporte brindado por el guía, pudieron realizar todo el recorrido y disfrutar del deporte de aventura que ofrece esta quebrada. Al tercer día la caminata fue hasta el cerro de la virgen para ver el amanecer desde la cima y hacer un ejercicio de respiración para recargar energía.

Es muy grato ver como personas que conocían poco o nada de nuestro pueblo, luego de su visita se convierten en embajadores que cuentan la riqueza de nuestra historia y recursos naturales.